Educando la tecnología

Hoy por hoy, lo más común es encontrar las aulas plagadas de tecnología. Es por ello que se ha acrecentado la necesidad del profesorado en hacerse experto en la materia.

¿Cuántos de nuestros alumnos de primaria usan ya móvil a diario? Y ¿cuántos utilizan internet para realizar las tareas que en el aula les encomendamos para casa? No hablemos ya del alumnado de secundaria, bachiller o la universidad.

Ante esta revolucionaria acción que están acometiendo nuestros estudiantes, el profesorado ha de vérselas y deseárselas para controlar el constante flujo de información que manejan los jóvenes, por lo que la acción más saludable que puede llevarse a cabo por parte del profesorado es, a parte de estar continuamente actualizado, enseñar a usar las nuevas tecnologías a las generaciones que educamos.

Nuestros propios alumnos nos están regalando un recurso, una metodología por la que enseñarles. Un libro de texto ya no llama la atención, el poder observar de cerca las comunidades autónomas, los ecosistemas, la propia historia de nuestra sociedad es eternamente más interesantes de descubrir que el escuchar durante horas lo que un hombre o una mujer con autoridad quiere enseñar. La globalización tecnológica nos está tendiendo la mano a la cultura. Todo esto tiene pros y contras, aunque más de los primeros que de los segundos. Los alumnos y alumnas se encuentran continuamente conectados, no sólo con su entorno, sino con el entorno de este y así sucesivamente. Son conscientes y vulnerables a todo aquello que pase en la otra orilla del lago o en cualquier parte del mundo. Del mismo modo, la conectividad continua, nos permite escudriñar en los intereses de los más jóvenes, en sus necesidades, por lo que podremos enseñarles e interesarles por lo que tenemos que ofrecerles.

Es por ello que mostrarles el mundo de las Tecnologías de la Información y la Comunicación desde edades tempranas, provocará que aprendan a utilizar las mismas. Del modo en que hace escasas generaciones se enseñaba a alumnos y alumnas a buscar un texto o articulo en un archivo o un libro en una biblioteca, hemos de enseñarles a las generaciones tecnológicas que vienen pisando fuerte a ser exigentes con la información que reciben, a ser discriminativos y a aprender a valorarla y a evaluarla.

El profesorado ha de comenzar a dejar de ver las nuevas tecnologías como una imposición, como un extraño para la educación que solo entorpece su labor como docente, y comenzar a verlas como un aliado del que puede sacar provecho, del que puede hacer uso para mejorar la calidad de la enseñanza y, así, cumplir con la promesa que realizó una vez en el pupitre de estar en continua formación.

Aunque toda esta realidad esté configurada como la utopía entre la devastación económica y social que asola nuestro entorno, hemos de ser precavidos a la hora de tecnificar la educación, y no olvidando nunca que esta se ha de configurar como un medio, una herramienta de educación, y no como un fin en sí mismo, hemos de ser precavidos y que la tecnología “aprenda” a ser dicha herramienta.

A continuación, un corto video sobre las nuevas tecnologías aplicadas a la educación desde el punto de vista del ministro de educación en Perú y sus aportaciones a la mejora de la calidad de la educación: